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de expresarse. Ya hemos visto anteriormente que hay sólo un único campo de
conciencia que consiste en un circuito de energía en el cual lo de dentro ha de salir
fuera, y lo que está fuera ha de poder entrar, para volver a salir de nuevo. En este
proceso circular que llamamos vida, la persona se va renovando y vitalizando. Por lo
tanto, cada vez que yo retengo dentro impulsos, estoy atentando contra la ley normal de
la vida, la ley de circulación y renovación.
Efectos. La autoexpresión en primero lugar limpia mi interior y deja libres mis vías de
expresión y de recepción. Pero, además, en el acto de expresar se produce una
integración de la energía expresada con la mente consciente; de este modo, mi mente
consciente se fortalece, mi yo-experiencia se hace más fuerte, dispone de más energía
integral. Es una ley psicológica la de que solamente puedo utilizar la energía que he
sabido expresar. La energía que no expreso es como si no fuera mía; está en mí, pero no
dispongo de ella; sólo la energía que aprendo a expresar se convierte en algo mío, en un
instrumento que está a mi servicio. Según esto, sería más conveniente para esas
personas que se muestran tan buenas, tan pacíficas, pero que en realidad están apretando
las mandíbulas, contrayendo el abdomen, o que tienen problemas de digestión o de
insomnio, tuvieran que pasar, por ejemplo, un cierto período de tiempo teniendo que
realizar trabajos forzados, pues, aunque lo pasaran mal, por lo menos se activaría en
ellos esa energía interior; de esta forma, podrían hablar después, verdaderamente, de
paz, de tranquilidad, de armonía. Ahora está viviendo una falsedad ya que se refugian
en la idea de paz, de armonía, de comprensión entre las personas, por miedo a afrontar
su agresividad interior. Sólo cuando la persona ha movilizado toda su capacidad de
lucha, cuando puede disponer de todos sus mecanismos interiores y de toda su potencia,
sus palabras de paz tienen valor y autenticidad.
La autoexpresión es, según lo dicho, un medio de exteriorizarme. Pero es interesante
constatar que el hecho de expresar está surgiendo de mi YO. Cada vez que estoy
expresando, soy YO quien se está expresando; está circulando en mí algo desde el
centro a la periferia, y, si abro mi mente consciente, hacia adentro y hacia fuera a la vez,
descubriré este proceso, esta energía que está fluyendo de dentro a afuera, y, cuanto más
atento y abierto esté, más me acercaré al centro. Por lo tanto, el acto de expresión es no
sólo un acto de liberación, de reforzamiento, sino además un acto de
autodescubrimiento y de autorrealización, a condición que se viva desde el fondo y con
clara autoconciencia.
Expresión en todos los niveles. La autoexpresión ha de hacerse a nivel físico, afectivo
y mental. A nivel de las energías físico-vitales incluye la energía física, la sexualidad y
la combatividad. Hemos de expresar igualmente nuestro nivel afectivo. Es precisamente
en estos dos niveles donde el problema de la represión es más fuerte. He de expresar
toda mi capacidad de afecto, todos los sentimientos que hay dentro, pues están para eso,
no para que los mantengamos cerrados; los sentimientos necesitan ser comunicados.
Mas, a veces, sucede que las demás personas no admiten nuestra expresión afectiva,
debido a sus preocupaciones; por esto hay que buscar circunstancias propicias en las
que poder realizar esta expresión de un modo completo, por ejemplo, a través de
sesiones especiales de trabajo, como sesiones de música, o a través de círculos de
amistades donde se pueda llegar a ser realmente sincero y espontáneo. También en la
vida conyugal, suponiendo que funcione de manera que eso pueda expresarse; o en
nuestra vinculación con Dios, que, en lo que depende de nosotros, consiste en esta
expresión total, fundamentalmente afectiva. Cuando más me vacío, cuanto más me
entrego, más disponible quedo para ser YO; cuanto más me retengo, más obstrucciones
pongo entre mi conciencia externa y mi YO. Darlo y comunicarlo todo, además de ser
una ley básica de la vida y un requisito fundamental para la renovación, evolución y
transformación creadora, es una condición necesaria para descubrir lo que YO soy
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