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Tengo que entregar un informe. Se tragó el resto del caf� de golpe . �Se�or! Ve
t� primero. Voy a reunir los documentos y despu�s ir� para all�. Env�a un mensaje a
Yanni. Dile que voy. Tengo que arreglarlo todo, me revolvieron todos los papeles en
Descon.
Ya voy. Grant dejó caer lo que le quedaba del caf� en la taza de Justin . T� lo
necesitas m�s. Parece que es un alimento indispensable para los CIUD.
Mierda. Se hab�a negado a hablar la noche anterior, mientras Grant se desesperaba
por conseguir noticias, y ahora le robaba el caf� del desayuno.
Te compensar� de alg�n modo dijo a Grant que ya estaba en la otra habitación .
Consigue una reserva en Cambios para esta noche.
Grant sacó la cabeza por la puerta.
�Tan bueno fue?
Sociolog�a desplazó el dise�o TR hasta diez generaciones y todav�a estaba limpio.
Jordan dijo que estaba claro como el agua.
Grant golpeó el marco de la puerta y sonrió.
�Peque�o bastardo! �Podr�as hab�rmelo dicho! Justin levantó una ceja.
Tal vez sea un hijo de puta, amigo m�o, pero te aseguro que no soy un bastardo. Y
ahora hasta Giraud va a tener que reconocerlo.
Grant se arrojó a la sala de nuevo, gritando:
�Es tarde, mierda! �No hay derecho! Un momento despu�s, se abrió la puerta de
entrada y se cerró inmediatamente despu�s.
No hab�a tiempo para repasar las cosas esa ma�ana, ni siquiera trabajando los dos
hombro con hombro en la misma oficina. Grant escrib�a en el teclado y de vez en cuando
dictaba algo al Anotador, un murmullo de fondo constante, mientras Justin pasaba el
esc�ner de fax sobre sus notas y las de Jordan y la transcripción de las sesiones de toda
la semana, pulsaba las teclas cuando era m�s r�pido, para seleccionar, editar y manejar
casi catorce horas de transcripción constante que terminaron transformadas en cinco
temas principales con el rastreador de palabras clave del ordenador. Y eso todav�a pod�a
dejar de lado cosas o colocarlas en ficheros equivocados, as� que no se pod�a tirar nada:
Justin creó un sexto tema para lo No Clasificado y mantuvo la m�quina en Tabulación
Autom�tica, para que archivara las direcciones originales de la información.
Ya ten�a listos dos trabajos preliminares y un informe cerca de la �ltima lectura cuando
Grant lo sacó de su profunda concentración y le dijo que ten�an diez minutos para ir al
restaurante.
Justin se frotó los ojos con las manos, archivó el trabajo, se estiró y flexionó los
hombros que hab�a tenido r�gidos durante m�s tiempo de lo que hab�a cre�do.
Lo de Rubin est� casi listo dijo.
Pero �se no fue el tema de la conversación con Grant durante el camino a trav�s del
Ala Norte hasta la puerta de Cambios, y siguieron hablando mientras se sentaban a la
mesa, un peque�o respiro para encargar las bebidas y despu�s m�s charla, otro
descanso para pedir el almuerzo y de nuevo a lo mismo.
Lo próximo dijo �l es conseguir que Yanni acepte el plan.
Yo puedo hacer la prueba sugirió Grant.
A la mierda con eso. Por supuesto que no. Grant levantó una ceja.
No me preocupar�a en absoluto. En realidad, ser�a un excelente sujeto, ya que no
podr�an actuar sobre m� sin que yo lo detectara, comprendo muy bien los principios del
asunto, mucho mejor que la División de Prueba.
Pero eres totalmente subjetivo al respecto. Grant suspiró.
Siento curiosidad. Me gustar�a saber qu� se siente. No entiendes a los CIUD. Es
bastante... bastante atractivo.
Seductor, dir�s y eso me preocupa. T� no necesitas motivación, amigo m�o, unas
vacaciones, tal vez.
Un paseo por Novgorod suspiró Grant . Claro. Pero todav�a quiero ver eso
cuando lo termines.
Justin frunció el ce�o, un gesto significativo, calculado. Todav�a hab�a que preocuparse
por los errores; y hablar con Seguridad de la habilidad de Grant para absorber un
programa era algo que ninguno de los dos quer�a hacer.
La mirada dec�a: Claro que quieres y si lo interiorizas, compa�ero, te voy a romper los
dientes.
Grant le sonrió, una sonrisa amplia y lenta, que quer�a decir: Maldito bastardo CIUD, yo
me puedo cuidar solo.
Los labios m�s tensos: Mierda, Grant.
Una sonrisa m�s amplia, los ojos entornados: Lo discutiremos m�s tarde.
Hola dijo una voz joven y el corazón de Justin le saltó en el pecho.
Miró a la jovencita que se hab�a detenido junto a la mesa, una jovencita lujosamente
vestida, con ropa que de alguna forma, de un d�a para otro, parec�an haberle desarrollado
la sombra de una cintura; olió un perfume que hizo que el corazón le diera un brinco con
p�nico recordado, y miró una cara que era la de una ni�a seria, t�mida, una ni�a a la que
ya se le marcan los pómulos; ojos oscuros y sombr�os y acentuados por una leve sombra
color violeta.
Hola saludó Justin.
Hace mucho que no te veo.
No. Supongo que he estado muy ocupado.
Yo estoy ah�. Ella se�aló el �rea del restaurante que quedaba al otro lado del
arco . Te he visto entrar pero ya hab�a empezado mi bocadillo. Se me ocurrió venir a
saludarte.
Me alegro de verte dijo �l y controló la voz al m�ximo, se las arregló para sonre�r
alegremente; esa ni�a pod�a leer en las personas m�s r�pido que cualquier ordenador de
Seguridad . �Cómo te va en las clases?
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