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echaron desnuyo en la isla, assí como a los otros fizieron que fueron ante
que él, porque él fuera apercebido et abía fecho tal morada en que podía
vevir muy biçioso et muy a plazer de sí, fuesse para ella, et visco en ella
muy bien andante.
Et vós, señor conde Lucanor, si queredes seer vien consejado, parad mien-
tes que este tiempo que avedes de bevir en este mundo, pues sodes çierto
quel avedes a dexar et que vos avedes a parar desnuyo de l et non avedes a
levar del mundo sinon las obras que fizierdes, guisat que las fagades tales,
porque cuando deste mundo salierdes, que tengades fecha tal morada en el
otro, porque cuando vos echaren deste mundo desnuyo, que falledes buena
morada para toda vuestra vida. Et sabet que la vida del alma non se cuenta
por años, mas dura para siempre sin fin; ca el alma es cosa spiritual et non
se puede corromper, ante dura et finca para siempre. Et sabet que las obras
buenas o malas que el omne en este mundo faze, todas las tiene Dios guar-
dadas para dar dellas galardón en el otro mundo, segund sus mereçimien-
tos. Et por todas estas razones, conséjovos yo que fagades tales obras en
este mundo porque cuando de l ovierdes de salir, falledes buena posada en
aquél do avedes a durar para sienpre, et que por los estados et honras deste
mundo, que son vanas et falleçederas, que non querades perder aquello que
es çierto que a de durar para siempre sin fin. Et estas buenas obras fazetlas
sin ufana et sin vana gloria, que aunque las vuestras buenas obras sean
sabidas, sienpre serían encubiertas, pues non las fazedes por ufana, nin por
vana gloria. Otrosí, dexat acá tales amigos que lo que vós non pudierdes
complir en vuestra vida, que lo cumplan ellos a pro de la vuestra alma. Pero
seyendo estas cosas guardadas, todo lo que pudierdes fazer por levar vues-
El Conde Lucanor
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tra onra et vuestro estado adelante, tengo que lo devedes fazer et es bien
que lo fagades.
El conde tovo este por buen enxiemplo et por buen consejo et rogó a Dios
quel guisase que lo pudiesse assí fazer como Patronio dizía.
Et entendiendo don Johan que este enxiemplo era bueno, fízolo escrivir en
este libro, et fizo estos viessos que dizen assí:
Por este mundo falleçedero,
non pierdas el que es duradero.
Et la estoria deste enxiemplo es ésta que se sigue:
Exemplo Lº
De lo que contesçió a Saladín con una dueña, muger de un su vasallo
Fablava el conde Lucanor un día con Patronio, su consegero, en esta guisa:
-Patronio, bien sé yo çiertamente que vós avedes tal entendimiento que
omne de los que son agora en esta tierra non podría dar tan buen recabdo a
ninguna cosa quel preguntassen como vós; et por ende vos ruego que me
digades cuál es la mejor cosa que omne puede aver en sí. Et esto vos
pregunto porque bien entiendo que muchas cosas a mester el omne para sa-
ber acertar en lo mejor et fazerlo, ca por entender omne la cosa et non obrar
della bien, non tengo que mejora muncho en su facienda. Et porque las co-
sas son tantas, querría saber a lo menos una, porque siempre me acordasse
della para la guardar.
-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, vós, por vuestra merçed, me loades
mucho señaladamente et dizides que yo he muy grant entendimiento. Et,
señor conde, yo reçelo que vos engañades en esto. Et bien cred que non a
cosa en el mundo en que omne tanto nin tan de ligero se engañe como en
cognoscer los omnes cuáles son en sí et cuál entendimiento an. Et estas son
dos cosas: la una, cuál es el omne en sí; la otra, qué entendimiento ha. Et
El Conde Lucanor
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para saber cuál es en sí, asse de mostrar en las obras que faze a Dios et al
mundo; ca muchos parescen que fazen buenas obras, et non son buenas:
que todo el su bien es para este mundo. Et creet que esta vondat quel
costará muy cara, ca por este vien que dura un día, sufrirá mucho mal sin
fin. Et otros fazen buenas obras para serviçio de Dios et non cuidan en lo
del mundo; et como quier que éstos escogen la mejor parte et la que nunca
les será tirada nin la perderán; pero los unos nin los otros non guardan en-
treamas las carreras, que son lo de Dios et del mundo.
Et para las guardar amas, ha mester muy buenas obras et muy grant en-
tendimiento, que tan grand cosa es de fazer esto como meter la mano en el
fuego et non sentir la su calentura; pero, ayudándole Dios, et ayudándosse
el omne, todo se puede fazer; ca ya fueron muchos buenos reys et otros
homnes sanctos; pues éstos, buenos fueron a Dios et al mundo. Otrosí, para
saber cuál ha buen entendimiento, ha mester muchas cosas; ca muchos di-
zen muy buenas palabras et grandes sesos et non fazen sus faziendas tan
bien como les complía; mas otros traen muy bien sus faziendas et non sa-
ben o non quieren o non pueden dezir tres palabras a derechas. Otros fablan
muy bien et fazen muy bien sus faziendas, mas son de malas entençiones,
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